domingo, 8 de junio de 2014
España va bien, la cultura no
Los caminos de la recuperación económica son realmente sorprendentes. A pesar de todas las alegres noticias con las que se bombardea al ciudadano que parecen indicar que España empieza a recuperarse, que el paro desciende, las cotizaciones a la Seguridad Social aumentan y la prima de riesgo disminuye, la realidad parece ser otra bien distinta.
Este año la Comunidad de Madrid ha decidido suprimir las ayudas al teatro dirigidas a organizaciones sin ánimo de lucro. La razón es bien sencilla, no hay presupuesto. No hay un sólo euro para todas esas actividades que realizaban multitud de asociaciones dedicadas al teatro, no hay dinero para publicaciones, ni para formación, ni para festivales.
Debe de ser que la proximidad de las elecciones nos da una inyección de moral para ver gris lo que es negro oscuro. En el fondo, la supresión de estas ayudas no deja de ser una postura más coherente que la que se ha llevado en los últimos años. En lugar de retirarlas se dedicaban a sacarlas a finales el mes de julio teniendo la obligación de haber realizado el proyecto en octubre y tenerlo justificado a finales de ese mes, aunque no tuvieran obligación de comunicarte si habías recibido subvención ni el importe de la misma hasta enero del año siguiente. Vamos, un sinsentido. Dime tú cómo puedes realizar un proyecto y mucho menos justificar correctamente los gastos sin saber con el dinero que cuentas.
Pero aunque sea una postura más coherente, no deja de ser una buena muestra del tipo de recuperación económica que estamos sufriendo. Las programaciones no crecen, el presupuesto para actividades culturales ha bajado hasta llegar a desaparecer en muchos sitios; las compañías han tenido que bajar sus cachés para poder acceder a un mercado tan reducido; puesto que el caché no se puede subir, la subida del IVA al 21% también la han tenido que asumir las compañías. Un panorama desolador. Nos dirigimos a la situación que podemos encontrar en países no tan "desarrollados" como el nuestro, en el que la gente ha de buscar otro trabajo para poder seguir haciendo títeres en los momentos que le queden libres.
Eso sí, España va bien. Las salvajes medidas de austeridad y el recorte en derechos han surtido efecto. Y para demostrarlo no hay nada como reducir aún más la inversión en cultura, que sin duda debe de ser lo que nos sobra.
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